Quinta edición del Festival Fractal
Entre
los días 20 y 27 de noviembre se ha celebrado en Albacete la quinta edición del
Festival Fractal. De nuevo, la poesía ha salido a las calles y ha tomado los
bares; de nuevo hemos podido disfrutarla y compartirla, mezclada además con la
música, el cine, las artes plásticas y la fotografía, como siempre. En el
reinado de la vulgaridad y de la palabra vacía, de lo sucedáneo y de lo
insultantemente fácil, se hace cada vez más necesario habitar en la poesía.
Fractal
se presentó el viernes 20 en la Escuela de Arte, con una exposición de Chema
Arake titulada “Misterios” y un taller de Sergio Delicado. Ambos artistas son
ya asiduos, sobre todo Chema Arake, tras cinco años prestándole la imagen
gráfica al festival y a los libros editados por Fractal, y dotándolos de esa
identidad característica. Esa misma tarde, pudimos escuchar, en el Café del
Sur, a Javier Lorenzo Candel recordándonos algunos poemas de Juegos de construcción y Manual para resistentes, así como
algunos magníficos textos inéditos. También sirvió para presentar la novedad
discográfica del sello Vanitas: Amoretti
o las tribulaciones de John Thomas
Farwell, un diálogo entre los poemas del libro homónimo de Javier Lorenzo y
el clavecinista Andrés Alberto Gómez, junto a la voz de la actriz Ana Casas en
el recitado.
Acompañó
a Javier Lorenzo en su lectura Matías Miguel Clemente, recién llegado de Turín
y con un nuevo y esperado poemario: Dreno.
Editado por La Bella Varsovia, el libro ofrece una sugerente colección de
poemas en prosa que nos sumerge en el particular mundo creativo de su autor. Y
por la noche, en el café Época, otro recital a cargo de Pedro Mateo, que acaba
de publicar Funeral Tropical, y José
Iván Suárez, además de la actuación del cantaor Alejandro Villaescusa.
El
sábado 21 comenzó con la entrega en la librería Popular del III Premio de
Poesía Festival Fractal y la presentación del libro ganador, Armonía en rebelión de José Alfonso
Iglesias Huelga. Un interesante acto en el que el ganador dejó constancia de
sus dotes de gran comunicador realizando una hermosa defensa de la Filosofía y
de la poesía, plagada de referencias y homenajes a grandes maestros como Emilio
Lledó o Eduardo Galeano.
Este
fue sin duda el día fuerte del festival, ya que la tarde y la noche venían
también repletas de actividades en diferentes lugares: Primero, en el magnífico
espacio artístico y social de La Casa Vieja, donde, entre una exposición del
pintor José Enguídanos y otra a cargo de los artistas Rafael Picó y Marta
Gómez, titulada “Memorablemente”, pudimos escuchar las voces de María Moreno y
de Lucía Plaza. Ambas ofrecieron un recital realmente interesante, de una gran
altura poética. María Moreno presentó un libro recién editado por Políbea, The Woman Under The MangoTree, que le
hizo alzarse con el premio de poesía “Javier Lostalé” y en el que propone una
serie de acuciantes preocupaciones sociales y una personal visión sobre el
Caribe, donde residió durante dos años. Lucía Plaza, por su parte, ofreció
algunos poemas de su estupendo y delicioso Lonely
Planet, que ya había presentado hace unos meses y con el que volvió a
cautivar al auditorio. A continuación, nos visitó en una nueva ocasión el poeta
alicantino Natxo Vidal con un espectáculo musical en torno al libro Ícaros desorientados.
Por
la noche, en La leche militina, llegó el turno para la editorial sevillana La
Isla de Siltolá. Su responsable, el poeta Javier Sánchez Menéndez realizó una
breve lectura, en la que destacaron dos poemas inéditos dedicados a la figura
de su madre, y presentó a los poetas albaceteños que han publicado
recientemente en su sello, esto es, León Molina, Rubén Martín y Javier
Temprado, a los que se hubiera unido Julián Cañizares de haber podido viajar
hasta Albacete. Durante la velada, el público disfrutó de los aforismos más
hilarantes de Mapa de ningún sitio,
de León Molina, con la belleza de Arquitectura
o sueño de Rubén Martín, de la delicadeza y el lirismo de Los vértices del tiempo, de Javier
Temprado, así como de la melodiosa voz y talento musical de Diego Yturriaga,
que acompañó el recital con algunas de sus canciones.
Y
quedaba el domingo. Después del apretado programa del sábado, aún hubo que
guardar fuerzas para una tarde desbordante de poesía en El Café del Sur,
primero, con la presentación de Cantando
en voz baja, de Héctor Castilla, y de Breve
teoría del desastre, de David Sarrión. Héctor Castilla ofreció un recital
lleno de fuerza e intensidad, haciéndonos constantemente reflexionar sobre el
papel de la poesía y sobre la autocomplacencia, con una más que notable
prestancia en la voz y en el recitado. David Sarrión, por su parte, sorprendió
con su verdad, con su poesía natural y sincera capaz de pulsar hasta los
últimos resortes de la sensibilidad sin caer nunca en la afectación.
Pero
había más. Nada más y nada menos que el gran Andrés García Cerdán con su Barbarie, Óscar Aguado y todo un
referente de la poesía underground
como Hipólito García “Bolo”. Esta vez en La leche militina, a última hora de la
tarde, y fue de nuevo un placer escuchar a Andrés García recitando y explicando
sus textos, una lección de literatura bien entendida y bien hecha, dentro de la
modestia de todo gran poeta.
El
festival se cerró el jueves 26 en la librería Nemo con la actuación de La Chica
Charcos and the Katiuskas Band, y el día 27 con la inauguración de la
exposición de Stephany Zagan “Bajo la piel” y la actuación musical de Karmento.
En
conclusión, podemos afirmar que hemos asistido a una de las mejores ediciones
de Fractal, en cuanto a contenidos y asistencia de público se refiere. Ha
servido para sumar nuevos espacios como La Casa Vieja, la librería Nemo, El
Café del Sur, recién inaugurado por el incombustible José Luis Aínsa, que se
reengancha así a la vida cultural con un nuevo local, y para confirmar el apoyo
de los primeros colaboradores como el café Época, La leche militina, Abycine o
librería Popular.
Pero,
sobre todo, Fractal ha servido, una vez más, para recordarnos lo necesaria que
es la poesía. No solo como un punto de encuentro y de reunión de afines, sino
como una conquista necesaria del espacio público y del lenguaje para resistir
al desastre, a la pertinaz y ruidosa invasión de la imbecilidad y la ignominia.
Y una vez más, por desgracia, ni las instituciones ni los medios de
comunicación de Albacete y de Castilla-La Mancha han demostrado –cambio
político mediante- estar a la altura. A pesar de que el Ayuntamiento ha
realizado la máxima aportación desde que se celebra el festival, sigue siendo
totalmente insuficiente, y lo es por una cuestión de confianza y –por qué no
decirlo- de ignorancia. Mención aparte merece el diario local La Tribuna
de Albacete, atento como siempre a cualquier zarandaja provinciana antes
que a un evento cultural de verdadera relevancia. Tuvo una amplia cobertura,
eso sí, el encuentro de tunas universitarias que se celebró en la ciudad el
mismo fin de semana.
¿Cuándo
confiarán de verdad las instituciones en la poesía? ¿Para cuándo una
consideración social para la poesía y el arte acorde a la relevancia que han
tenido –y tienen- en el desarrollo de la sociedad? ¿No sería oportuno
precisamente ahora, cuando día tras día estamos viendo amenazada y hostigada la
idea de civilización? Sea como fuere, felicidades a Fractal y a todos sus colaboradores.
El año que viene habrá más, seguro que sí. Suerte y ánimo.
Antonio Rodríguez
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